Empático se hace, no se nace

¿Te ocurre a veces que puedes sentir en tu piel cómo se siente la otra persona incluso antes de que te lo cuente? ¿Entras en un lugar y sientes la energía del ambiente o de las personas que allí se encuentran? Hoy te cuento porqué y cómo manejarlo para mantener este don sin que te afecte emocionalmente.

En primer lugar te cuento que empático se hace, no se nace. A muchos de nosotros nos han dicho o hemos leído que la sensibilidad es un don, que somos especiales. Bueno, sí es algo especial… pero no es un don divino, es una capacidad que desarrollamos de pequeños como respuesta ante un padre o una madre poco amorosos, narcisistas o un ambiente en el que se nos gritaba. Aprendimos a escuchar más allá de lo que nos decía nuestra mamá o papá, aprendimos a interpretar su tono, su mirada, a observar sus gestos, sus silencios… para evitar que se enfadaran, para hacerles felices, para complacerles, para que nos quisieran. Todo niño al nacer espera y merece amor incondicional de sus padres. Si este amor no está presente, tiene dos respuestas posibles: Una es desarrollar al máximo la sensibilidad para anticipar en todo momento lo que siente papá o mamá y así adaptarse a la necesidad del otro para que esté contento y para que no nos grite. Aprendimos a sentir el estado emocional de los demás para complacer y evitar el disgusto o la crítica de los demás. Así cerramos nuestros chakras inferiores y abrimos como antenas nuestro tercer ojo. Y así quedó, tenemos un tercer ojo hiperdesarrollado y unos chakras inferiores subdesarrollados. Somos antenas emocionales pero a menudo tenemos problemas para afirmar lo que deseamos, para poner límites, para proteger nuestros intereses, o incluso problemas de dinero que afectan directamente nuestra supervivencia… en definitiva problemas para aceptar nuestra encarnación en la tierra.

La otra posibilidad ante la falta de amor en la infancia es la opuesta: cerrarse en sí mismo, dejar de sentir, construir un muro entre yo y el otro, desasociarse de lo que sienten los demás, de lo que siente papá o mamá. No dejo que me afecte y allí nace el futuro narcisista: me desasocio del otro y así no me afecta su ira, su falta de amor y de atención, su falta de cariño… pero tampoco su desdicha, su dolor, su sufrimiento… 

Así pues, narcisista o empático son ambos niños que fueron poco queridos y que sobrevivieron lo mejor que pudieron a una infancia sin el amor y la atención que necesitaban.

Un niño que nace en un ambiente con amor, aprende de sus padres una empatía sana y equilibrada, en la que es capaz de ponerse en el lugar del otro, sentir amor y compasión sin que por ello su estado emocional se funda y se confunda con el estado emocional de la otra persona. 

Un niño que crece en un ambiente sano tiene confianza en sí mismo, una autoestima sana en la que es capaz de sentir por el otro y ayudar al otro en su justa medida y sin abandonarse a sí mismo.

Si eres empático y altamente sensible, es muy importante que hagas estas tres cosas:

  1. Sana tu infancia y aprende herramientas que te permitan ocuparte de tu niño o niña interior, y darte todo el amor y la compasión que tus padres no supieron darte. En eso centro mis sesiones individuales con mis pacientes.

  2. Desarrolla tu vida espiritual, allí entenderás que tu padre y tu madre  són sólo actores en tu actual vida, pero que tu verdadero origen es el mundo espiritual. Todos somos hijos de una fuerza divina y su amor por ti es infinito e incondicional.

  3. Sanar y re equilibrar tus chakras. Trabajar tus chakras 1, 2 y 3, te permitirá sentir la conexión con la madre tierra, y aceptar tu encarnación. Y limpiar y equilibrar tus chakras superiores te permitirá sentir el amor y la protección incondicional del padre cielo. Y a la vez tener una distancia sana y definir con claridad lo que tu sientes de lo que sienten los demás-
    Para ello tienes en mi canal “la meditación de base” una meditación guiada que te recomiendo, es perfecta para ello, te dejo aquí el enlace. 

Espero que te haya resultado útil el blog de hoy, te mando un fuerte abrazo, y si quieres una sesión conmigo, escríbeme para agendarla!

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