Como el Reiki llegó a mi vida

Mi primera experiencia con el Reiki la tuve en un viaje solitario a la Isla de La Palma con 19 años. Una noche estrellada en la que estaba con nuevos amigos en el puerto, un ser cuyos brillantes ojos marrones deslumbraban pureza a pesar de su aspecto sucio y descuidado se acercó directo a mí. Todos se apartaron y él dijo que no quería nada, sólo que yo le diera la mano. Tomé la suya con curiosidad. Sentí como una cascada de energía recorría mi brazo hasta mi corazón. Así es como el fuego del Reiki llegó a mí por primera vez.

El hombre se fue, nunca más lo vi. Desde aquél momento, naturalmente y sin buscarlo el Reiki fue volviendo a mí, apareciendo en mi vida en forma de experiencias y maestros, y así descubrí, guía tras guía, qué era y cómo podía yo vivirlo, estudiarlo y transmitirlo.

Mi interés por la constitución del ser humano más allá del cuerpo físico no paró de crecer, estudiando los distintos cuerpos sutiles y el funcionamiento de los chakras con Dan Hourquescos. En 2007 fui iniciada en Reiki USUI de la mano de Patricia Antigné. Con ella me he formado en Reiki Usui y Reiki Occidental hasta el 3er nivel.

Además de seguir los 5 preceptos del Reiki Usui, mi práctica espiritual se inscribe en un sendero espiritual Occidental, que considera al ser humano creador de su realidad, y perfectible hasta el infinito, y concebirlo así me llena de esperanza.

En este camino, el Reiki nos ayuda a ver que la vida no “nos ocurre a nosotros” sino que todo ocurre por y para nosotros, para nuestra evolución y crecimiento. Hay sabiduría detrás de todo lo que acontece en nuestras vidas!

Gracias a la vida espiritual, dejamos de ser víctimas y retomamos el timón de nuestra vida.

Si quieres sentir el fuego del Reiki, te recomiendo una sesión conmigo y un feliz despertar a esta maravillosa e inagotable fuente de energía.

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